La palabra "vigilante" proviene de los primeros centinelas establecidos en la Antigua Roma durante el gobierno del emperador César Augusto y quienes con el tiempo se convirtieron en la Guardia Pretoriana. Sus funciones eran la de servir como un cuerpo élite para la seguridad del César, ser una especie de fuerza policial que mantenía el orden público en la ciudad y también actuar como bomberos en caso de incendio

La soledad del escolta


Joao en un momento de la entrevista


Incertidumbre y malestar ante la eliminación de 1.300 puestos
El futuro de los escoltas privados está en el aire tras los recortes anunciados
Las asociaciones plantean proteger a maltratadas o empresarios




Luis Núñez- Villaveirán | Bilbao | San Sebastián  

Vino persiguiendo el amor desde el país vecino. Una chica vasca lo atrajo a su tierra y ya no le soltó. El amor es lo único que le queda en el norte de España puesto que en su profesión, escolta privado, ya no tiene trabajo, ni futuro. "Terminó el terrorismo y comenzó el INEM", explica Joao ante la cámara. Su situación no es única. En los recortes que pretenden el Ministerio del Interior y el Gobierno Vasco por "el exceso de protección", según el ministro Jorge Fernández, los privados son el colectivo más vulnerable. Hoy, una especie en extinción.

Es difícil localizarles, muchos como Rafa (nombre ficticio), no quieren hablar a cara descubierta puesto que es raro la empresa de seguridad que no haya comenzado a recortar personal. De hecho, las principales compañías españolas han decidido no participar en este vídeo-reportaje porque la "situación está complicada y no queremos echar piedras sobre nuestro propio tejado". El anuncio del cese definitivo de la violencia por parte de la banda terrorista ETA ha hecho que poco a poco se vaya prescindiendo de sus servicios.

Algo que no ha sentado bien entre algunos de los concejales que viven bajo el influjo y la presión de la izquierda abertzale. Ana Salazar y Maria de los Ángeles Bastos son concejalas del Partido Popular en Durango y Errentería respectivamente. Ana lleva desde los 26 años con escolta y asegura que resultará "complicado" vivir sin ella. Mari Ángeles no esconde ante el objetivo que "cuando le quiten el escolta, no cree que le vayan a pegar un tiro pero que bonita no le van a llamar". Es la otra cara de una moneda que no parece dejar a nadie contento.

Eso sí, el futuro más negro lo tiene un colectivo que se siente abandonado por las personas a las que sirvió. Ellos, la clase política, dicen, y con razón, 'no deciden quien tiene que llevar o no escolta, son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado'. Desde la izquierda abertzale destacan la parte positiva de prescindir de la seguridad ante la nueva situación de libertad en el País Vasco. Joao responde contundente que 'ahora se ha dado cuenta de que sus verdaderos enemigos quizás no fuesen los de ETA sino los políticos que le han dado la espalda'.
Fuente y Vídeo reportaje: El Mundo

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