ANTÓN LUACES| A CORUÑA
La contratación de seguridad privada a bordo de los distintos buques que precisan de medios para la lucha contra la piratería parece haber hallado el camino de su regulación. Así se desprende del encargo realizado por la Organización Marítima Internacional (OMI) a la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) del desarrollo del primer conjunto de normas para compañías de seguridad marítima privada, cuyos borradores estarán listos para la próxima reunión del Comité de Seguridad Marítima (MSC) que se celebrará el próximo mes de noviembre.
El secretario general de la OMI, Koji Sekimizu, anunció ya la decisión de desarrollar guías y una normativa internacional para las mencionadas compañías de seguridad, y se refirió a los distintos grupos de trabajo de la OMI que se encargan de debatir los contenidos que califican como "requerimientos mínimos" para desarrollar estrategias de seguridad contra los ataques piratas.
Consulta de expertos
Tras las opiniones iniciales de las partes interesadas, la ISO creará un grupo de expertos que se encargará de la redacción del borrador de una normativa y de directrices para ser presentadas en la próxima reunión del Comité de Seguridad en noviembre.
Los problemas derivados de la piratería en distintos lugares del mundo, más concretamente en el Océano Índico y el Golfo de Aden, así como en aguas de Guinea y el Estrecho de Malaca, han provocado el nacimiento de numerosas empresas de seguridad marítima. La mayor proliferación se produce de manera muy significativa en Gran Bretaña, después de que el primer ministro David Cameron autorizase desde el pasado mes de octubre el uso de guardias armados a bordo de los barcos.
Este hecho supuso la inmediata necesidad de contar con reglas efectivas para la prestación de este servicio en flotas de otros países en los que sus embarcaciones han sido objeto de ataques piratas.
Sin embargo, la ausencia de un modelo único de medidas de seguridad ha generado innumerables sistemas y procedimientos de evaluación. Ahora la ISO tratará de aunar criterios para transmitir a la OMI un conjunto de normas común.
La contratación de seguridad privada a bordo de los distintos buques que precisan de medios para la lucha contra la piratería parece haber hallado el camino de su regulación. Así se desprende del encargo realizado por la Organización Marítima Internacional (OMI) a la Organización Internacional de Normalización (ISO, por sus siglas en inglés) del desarrollo del primer conjunto de normas para compañías de seguridad marítima privada, cuyos borradores estarán listos para la próxima reunión del Comité de Seguridad Marítima (MSC) que se celebrará el próximo mes de noviembre.
El secretario general de la OMI, Koji Sekimizu, anunció ya la decisión de desarrollar guías y una normativa internacional para las mencionadas compañías de seguridad, y se refirió a los distintos grupos de trabajo de la OMI que se encargan de debatir los contenidos que califican como "requerimientos mínimos" para desarrollar estrategias de seguridad contra los ataques piratas.
Consulta de expertos
Tras las opiniones iniciales de las partes interesadas, la ISO creará un grupo de expertos que se encargará de la redacción del borrador de una normativa y de directrices para ser presentadas en la próxima reunión del Comité de Seguridad en noviembre.
Los problemas derivados de la piratería en distintos lugares del mundo, más concretamente en el Océano Índico y el Golfo de Aden, así como en aguas de Guinea y el Estrecho de Malaca, han provocado el nacimiento de numerosas empresas de seguridad marítima. La mayor proliferación se produce de manera muy significativa en Gran Bretaña, después de que el primer ministro David Cameron autorizase desde el pasado mes de octubre el uso de guardias armados a bordo de los barcos.
Este hecho supuso la inmediata necesidad de contar con reglas efectivas para la prestación de este servicio en flotas de otros países en los que sus embarcaciones han sido objeto de ataques piratas.
Sin embargo, la ausencia de un modelo único de medidas de seguridad ha generado innumerables sistemas y procedimientos de evaluación. Ahora la ISO tratará de aunar criterios para transmitir a la OMI un conjunto de normas común.
Fuente: La Opinión coruña
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