La víctima estaba con un grupo de amigos, en la zona habitual del botellón, y estos oyeron el ruido de algo que caía al mar, pero no se dieron cuenta del accidente. «En ese momento, no había visibilidad ni personas que lo auxiliaran. Se iba a ahogar», aseguran en comisaría. Sin embargo, un vigilante del puerto notó algo raro cuando el joven estaba de pie en el muelle y, al presenciar la caída, «lo vio muy claro», salió con su lancha a rescatar a la víctima, que se había hundido a plomo en el agua y perdió el conocimiento. Todo apunta a que el joven no tenía fuerzas ni orientación para bracear. «No pudo ni defenderse en el agua. Si no va el vigilante, se muere», dicen los expertos.
En estado muy grave
La policía cree que la rápida acción del vigilante, que acercó su lancha al lugar de la caída, salvó de una muerte segura al accidentado, quien una vez izado a tierra presentaba un aspecto «fatal». Los sanitarios de una ambulancia medicalizada lo reanimaron tras hacerle un masaje cardiorrespiratorio a vida o muerte. El personal del 061 logró recuperar el aliento del joven, quien fue traslado a urgencias del Hospital Xeral-Cíes, de Vigo, donde permanece en estado muy grave. Los médicos necesitan 48 horas más de observación para dar un nuevo diagnóstico.
La zona del Náutico y el paseo de Montero Ríos son ocupados todos los fines de semana por la noche por jóvenes vigueses que hacen botellón.
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