Parte de la valla metálica que rodea el campus universitario por la avenida de Elvas. :: CASIMIRO MORENO |
La idea ha salido bien. Hace tres años se puso de moda entre los jóvenes acudir al campus universitario para hacer botellón por la noche junto al lago artificial recién construido, a lo que le siguieron las carreras ilegales de coches en las zonas traseras. Además, eran frecuentes los robos -sobre todo de cobre-; se producían cada dos o tres semanas. Todo ello motivó que la Universidad tomara cartas en el asunto para evitar estos incidentes y propuso como solución rodear el recinto con una valla metálica para restringir el acceso al mismo cuando se estuviera fuera del horario de clase. El que está apunto de comenzar será el tercer curso con el campus 'blindado'. Según los responsables, la valla ha funcionado.
El vicerrector de Planificación Económica de la Universidad de Extremadura (UEx), Agustín García, asegura que han desaparecido los botellones y las carreras de coches. «Y no nos han robado prácticamente nada de cobre», apunta.
El hecho de que el campus esté cada vez más integrado en la ciudad fue considerado uno de los motivos por los que la zona se había convertido en 'botellódromo' y los 'saqueos' eran habituales. Precisamente, hubo opiniones en contra de la valla porque se consideraba que cerrar el recinto significaría aislarlo nuevamente.
Al final se optó por el vallado y, en principio, el resultado es positivo. «El campus se cierra por la noche y los fines de semana y sólo puede entrar el personal autorizado. Y lo hace por una única puerta (aunque haya seis), la de la avenida de Elvas. En esa entrada hay un vigilante de seguridad que controla las visitas. Si, por ejemplo, se espera que acuda gente de una empresa u otros no habituales, se le pasa una lista de nombres para que les permita entrar», explica el vicerrector de Planificación Económica. Y añade que la valla «se puede saltar», pero en ese caso hay una persona de seguridad que puede dar la alarma.
'Tarjetas inteligentes'
El asunto que ahora queda por resolver es el de las tarjetas 'inteligentes', es decir, un carné con banda magnética que identifica al usuario como perteneciente a la comunidad universitaria y, por tanto, persona autorizada.
La idea se anunció junto con el proyecto de la valla metálica pero nunca se ha puesto en marcha. No existe ningún tipo de acreditación, de momento. Será el siguiente paso.
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