Los ladrones han vuelto a 'cebarse' con las fábricas de curtido. El último robo se ha producido en una industria situada en la carretera de Caravaca, en el polígono industrial de Serrata. Los cacos consiguieron llevarse dos palés con 15.000 pies de pieles, unas dos toneladas. Como ha ocurrido en los robos que han tenido lugar en los últimos meses, la tonalidad de las pieles era de color oscuro, las que mejor pueden venderse en el 'mercado negro', según aseguraron.
El robo se produjo de madrugada y para ello los ladrones tuvieron que burlar la vigilancia privada que contrataron hace casi un año los curtidores. Los amigos de lo ajeno aprovecharon que el guardia de seguridad se trasladaba a otra zona de las fábricas para entrar por una de las ventanas de la factoría.
En poco tiempo se llevaron los dos palés de pieles que estaban preparadas para que al día siguiente un camión las recogiera y las llevara hasta las industrias del calzado. Los dueños de la factoría se mostraban ayer indignados, a la vez que aseguraron que los ladrones sáben perfectamente que material es el que tienen que llevarse. «Descartan otras pieles de colores claros, llevándose sólo las negras o de tonalidades oscuras, ya que son las más preciadas en el mercado negro», afirmó ayer en declaraciones a 'La Verdad' el presidente de los curtidores, Jerónimo Gil Arcas.
Los ladrones se introducen, según Gil Arcas, «por ventanas, techos y paredes. Están perfectamente preparados. Sáben cómo actuar, como están dejando patente en cada uno de sus asaltos». No han podido ser reconocidos, a pesar de que han sido grabados mientras realizaban sus fechorías por las numerosas cámaras de vigilancia situadas en las distintas factorías. «Sus ropas son oscuras, llevan guantes y sus caras aparecen tapadas con pasamontañas. No tienen problemas de reventar ventanas o de introducirse agujereando los techos uralita».
Pero este no es el único robo que se ha producido en los últimos días, ya que otra fábrica, que permanecía cerrada, también fue asaltada por los ladrones. Sin embargo, éstos no pudieron llevarse el botín que buscaban, ya que fueron sorprendidos por el vigilante de seguridad. «Tenían preparados en ovillos todo el cable de cobre que arrancaron de las instalaciones. Estaban a punto de cargarlo en la furgoneta cuando fueron sorprendidos, aunque consiguieron huir», explicó el dueño de la factoría, Antonio Alberto Gil Arcas.
La vigilancia se va a intensificar con el fin de evitar nuevos robos. Los curtidores también han pedido más presencia policial.
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