En esta sociedad en la que vivimos, son muchas las personas que se encuentran sobrecargadas de responsabilidades, unas son necesarias y adquiridas con gusto y otros son externas al individuo y ajenas a sus necesidades reales. Muchas veces estos dos tipos se confunden dando lugar a un día a día cargado de tensiones, prisas y actividad.
Los síntomasEl trabajo suele aparecer como una de las fuentes que provocan más malestar en el individuo, ya que se suman las responsabilidades para las que estábamos dispuestos y preparados en un principio con las que nos exige el ambiente laboral de la empresa.A menudo encontramos en las consultas de psicología personas deprimidas por motivos laborales que presentan los siguientes síntomas: no están motivados, todo es negativo, el jefe no les valora, el compañero que quiere destacar por encima de todo, los horarios interminables y en consecuencia, discusiones familiares, pérdida de amistades, poco tiempo libre o ninguno, etc.
Todo esto se hace bastante cuesta arriba, sobre todo para personas que llevan el trabajo como una responsabilidad absoluta e ineludible que les va a aportar estatus y dignidad laboral.
Comienza la frustración
Cuando esto no ocurre y las cosas no suceden exactamente igual que como esperábamos, la frustración empieza a aparecer, unida a pensamientos negativos de todo tipo, probablemente hemos dado mucho en este trabajo y estamos recibiendo poco o al menos lo que recibimos no nos satisface. ¿Cuál ha sido el error?
Está claro, he puesto todas mis fuerzas en un objetivo que era desde el principio inalcanzable y he dejado de lado otras cosas que me satisfacían, he sacrificado fines de semana y noches en la oficina pensando que recibiría mi recompensa, pero todo ha sido en vano.
Las cosas que ahora me podrían ayudar a superar este bache emocional, tampoco me satisfacen, puesto que yo me he ido encargando de retirarlas de mi vida, con lo cual me encuentro solo ante una situación en la cual no veo salida.
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Emocionalmente estas personas se encontrarán agotadas y tristes como para poder iniciar cualquier actividad de ocio y tiempo libre. Tendrán una pérdida de placer por las cosas que antes les gustaban, al no ser estimulada como antes, aparecerá también la baja autoestima y la indefensión ante las circunstancias que no puede controlar.
Las cosas no le salen bien y por ello es un “inútil”. Aparecerá también dificultad para pensar con claridad y cambios de humor, irritabilidad, agresividad verbal, ira. Todo lo que le rodea es negativo, ya no solo el trabajo le agobia, sino que esta situación se generaliza a todas las áreas de su vida: no aguanta a los amigos de siempre, no quiere realizar visitas a familiares ni acudir a fiestas sociales, no habla con nadie y está encerrado en su mundo.
Su actitud es pasiva ya que a pesar del malestar que le provoca la situación laboral, no hace nada por cambiarla, sólo se queja. Son personas con muy baja tolerancia a la frustración, cualquier error laboral se convertirá en una catástrofe imposible de subsanar y cualquier actitud de compañeros o jefes se interpretará como negativa para sus intereses.
Actitud pasiva y derrotista
Debido a su visión negativa del mundo y de sí mismo, la interpretación de las distintas situaciones va a ser errónea y distorsionada, cargada de negatividad, catastrofismo, visión extremista y frustración. Cualquier cambio supondrá un camino largo y tedioso y generará una anticipación negativa de lo que ocurrirá convirtiéndolo en algo imposible de hacer.
Realmente su visión es “ no hago tal cosa, por si pasa tal otra” con lo cual su actitud es pasiva y derrotista, como siempre piensa en lo peor, nunca actúa y se pierde una y otra vez oportunidades de demostrarse a sí mismo que eso tan malo que espera que ocurra, luego no pasa en la mayoría de los casos.
Pasos a seguir para superar este problema
En primer lugar delimitar muy específicamente cuales son los principales problemas a tratar y solucionar.
En segundo lugar fomenta la autoestima y la valía de la persona con el fin de que tome fuerza para enfrentarse a las situaciones conflictivas que tanto le afligen. Se comenzará con afrontamientos pequeños e insignificantes que ayuden a elevar el nivel de valía personal, consiguiendo pequeños logros. Más tarde y poco a poco se enfrentará a problemas más difíciles.
Control de los pensamientos negativos y distorsionados que le están ayudando a no enfrentarse a los problemas y a boicotear su autoestima.
Comienzo de actividades gratificantes que le ayuden a sobrellevar la carga laboral, funcionan como una vía de escape.
Aprender a decir “no” a ciertas demandas laborales que no considere como su responsabilidad directa, comprobación de las consecuencias y valoración de lo conseguido.
Recuperación de antiguas amistades, relaciones familiares y de pareja.
Planificación del tiempo libre para rellenarlo con actividades placenteras.
Aprovechar puentes y festivos para desconectar , también funcionan como vía de escape.
Replanteamiento de la vida laboral, cuáles son mis objetivos y prioridades y trabajar para conseguirlo: cambios de trabajo, búsqueda activa de empleo, conversación con jefes para exponer mis demandas, etc.
Terra / Vicenta Sanz Herrero. Psicóloga Clínica |
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